La importancia de las humanidades en la formación universitaria para la sociedad del conocimiento

POR PACO SOLÍS





RESUMEN

El presente ensayo analiza la relación entre los distintos tipos de profesionistas que demanda el mercado laboral de los egresados de la universidad y las habilidades y conocimientos que los alumnos desarrollan en la educación terciaria. Lo anterior en el contexto de la globalización y la sociedad del conocimiento. Así mismo la influencia de la educación humanista en el perfil del
profesionista pertinente para la economía basada en el conocimiento.

Palabras Clave: Mercado laboral, Formación humanista, Sociedad del conocimiento, globalización.

ABSTRACT
This paper analyzes the relation between the different types of graduates that the labor market needs, and the skills and knowledges that they develop inthe tertiary education. This in the context of the globalization and the society of the knowledge. Likewise the influence of the humanist education in the pertinent profile of the graduates for the economy based on the knowledge.



La importancia de las humanidades en la formación universitaria para la sociedad del conocimiento, Pharus Academiae, 2009

INTRODUCCIÓN
Cursar una carrera universitaria tradicionalmente
ha significado, para la gran mayoría de quienes la
estudian, un medio de obtener un trabajo como profesionista,
con la esperanza de obtener la compensación económica
y social que de ello supuestamente deriva.
Además de este significado personal, en la dimensión
social, la universidad tiene una significativa contribución
en la participación social, la vida democrática, la
conservación y transmisión de la cultura, la generación y
aprecio de las manifestaciones artísticas etc. (Ramphele,
2000). No obstante, hay que reconocer que éstas aportaciones,
producto de las materias humanistas, que en sí
son valiosas (bm 2003), no son apreciadas como tal por
quienes las cursan dado que, al parecer, no influyen en la
formación competente del profesionista, y por ende pasa
lo mismo en el mercado laboral.
En otro orden de ideas, los nuevos esquemas sociales
propios de la Sociedad del Conocimiento acentúan circunstancias
que afectan a la universidad, tales como la
situación de profesionistas egresados de ésta que trabajando
en áreas ajenas a lo que estudiaron y paralelamente
hay profesionales, quienes habiendo adquirido las
competencias por otro medio, se desempeñen en puestos
tradicionalmente propios de los profesionistas (Navarro.
2000). A ello hay que añadir el hecho que organizaciones
no universitarias estén participando en actividades propias
de ésta como lo es la investigación y la formación
profesional contando con e apoyo de organismos internacionales
(bm 2003). Evidentemente que esta nueva
realidad debe ser considerada por la Universidad pues
afecta directamente a una parte significativa de su razón
de ser.

El presente ensayo pretende explorar estas nuevas
condiciones que conforman la denominada Sociedad del
Conocimiento, así como el papel que la formación de la
criticidad por medio de las materias humanistas de la
universidad tiene en ésta.
Para ello se pretende describir las peculiaridades de la
sociedad del conocimiento y confrontarla con la estructura
actual de la universidad y de dicha confrontación
inferir las modificaciones pertinentes.
Sociedades del conocimiento y Universidad
Qué es una sociedad del conocimiento.
Al intentar aproximarse a una noción de Sociedad del
Conocimiento es necesario considerar que las conceptualizaciones
típicas de sociedad que acentuaban en estas
particularidades como la unidad de pertenecía territorial,
del lenguaje y demás rasgos culturales, no son aplicables
ante las nuevas circunstancias de globalización.
Se puede decir que la noción actual de sociedad es una organización de personas que originan y a la vez reproducen
modelos característicos (Lam. 2005), algunos de
los cuales se vinculan estrechamente con la educación
superior.

La generación del conocimiento.
Uno de estos rasgos distintivos de la Sociedad del Conocimiento
es el significativo aumento en la generación de
la información por parte de las organizaciones no académicas,
especialmente de las empresas trasnacionales. Lo
anterior debido a que el conocimiento es una causa de
la productividad y ésta, a su vez, de la generación de riqueza
(Castells, 2000; bm 2003), lo cual ha motivado una
carrera entre las empresas por desarrollar los procesos y
tecnologías que les proporcionen ventaja.
Al tiempo que las empresas generan investigación para
la obtención de riqueza, se acentúan las desigualdades
sociales y económicas, dado que, paradójicamente las
organizaciones y sociedades con más recursos económicos
son al tiempo quienes tienen la infraestructura para
generar y acceder la información, haciendo con ello más
difícil de recorrer la citada brecha (Castells, 2000). Ello
indica que el desarrollo técnico y científico por si mismo
no garantiza la equidad como pretendían los teóricos del
liberalismo (Auping, 2004).

La información como causa de la generación de riqueza
propicia que los patrones de producción y organización
de las sociedades industriales se modifiquen. (Gines.
2004); evidentemente que esta modificación exige una
adecuación por parte de la Universidad en la manera de
formar al profesionistas.

De facto esta nueva situación en la cual el conocimiento
es causa de la riqueza, incentiva a las organizaciones
a invertir considerables recursos en la investigación,
generando con ello conocimientos nuevos, en no pocas
ocasiones más rápido y en mayor cantidad que la misma
universidad, todo ello ha trasmutado el rol tradicional
de la universidad que ha pasado de ser fuente de cultura,
ciencia y tecnología, a grado tal que es posible observar
sinópticamente el desarrollo del pensamiento científico y
la estrecha vinculación de sus protagonistas con las Universidades,
por lo menos hasta principios del siglo xx,
(Antiseri et Reale, 1999), a una entidad atenta a las necesidades
y avances de las empresas para preparar profesionistas
competentes para trabajar en ella. Ante este
cambio resulta disfuncional pensar que es suficiente con
proporcionar al egresado las competencias propias de la
disciplina académica que estudia, como si el mundo, al
cual se dirige, estuviese más o menos estable, por otro
lado el conocimiento avaza a una velocidad tal que no
es posible mantener actualizados los planes de estudio
para dar respuesta a las exigencias del mercado laboral
mediante egresados acordes a los nuevos conocimientos.
Este es uno de los retos de la universidad en la Sociedad
del Conocimiento.

¿Qué debe hacer la universidad ante esta circunstancia?
Indudablemente que lo anterior genera un aumento
en la demanda de la educación continua, principalmente
por parte de los egresados de la universidad, (Navarro,
2000) de aquí que se exige de la universidad un conocimiento
más preciso de las demandas del sector productivo
amen de vincular la oferta de cursos con esta.
En lo referente a los programas de licenciatura, ante la
velocidad con la cual se generan los cambios, resulta casi
imposible adecuar los planes de estudio a las vanguardias
tecnológicas, por lo menos bajo el modelo de enseñanza–
aprendizaje (Ginés, 2004).

Por otro lado, las materias humanistas ocupan un espacio
en el tiempo que pasa el estudiante en la universidad
que bien puede ser aprovechado para aprender más
conocimientos técnicos.

No obstante, es precisamente en este contexto que resulta
apremiante apoyar una de las funciones sociales de
la Universidad, esto es, es la formación de sus egresados
como personas que, teniendo una conciencia formada en
la justicia, sean agentes que participen en la vida social.
(bm 2003; Ramphele, 2000); Lo anterior exige «que los estudiantes
aprendan a pensar de manera crítica y a interactuar
socialmente» (bm 2003: 46).

Así como el desarrollo de la tecnología no genera equidad
social, de la misma manera los agentes que participen
en la transformación social no se formaran en las
asignaturas técnicas, se requieren espacios académicos
propios para ello, como lo es las humanidades, no obstante
estos espacios tienden a ser reducidos (bm 2003).
Además de los espacios académicos destinados a la
formación humanista se requiere que estas sesiones sean
en buena medida presenciales en las universidades, entendido
como espacios en los cuales la información, adquirida
y trasmitida por medios electrónicos, se debata,
critique y vincule a problemáticas especificas y significativas
de la realidad actual, de modo que el estudiante esté
en condiciones de transferir los conocimientos a nuevas
realidades así mismo generar nuevos conocimientos a
partir de los existentes que es un escenario más próximo
al ejercicio de su profesión.

Romper con el paradigma de «enseñanza–aprendizaje»
en la universidad es una condición apremiante en
la sociedad del conocimiento, dado la facilidad para conseguir
información.

La transmisión del conocimiento
Otra característica de la Sociedad del Conocimiento es la
capacidad de almacenar la información y la velocidad con
que esta se transporta de un lugar a otro. El Internet y los
dispositivos de almacenamiento hacen que el acceso a la
información y el uso automatizado de los servicios que
de ella se obtiene sea casi inmediato. Aun cuando la brecha
entre los grupos y personas económicamente menos
favorecidas se agranda exponencialmente (bm 2003).

Ciertamente las tecnologías de la información no modifican
por si mismas la realidad de la universidad si no
existen ciertas condiciones previas, una que por muy obvia
que parezca, es la vinculación de su uso con la realidad
que se vive, pues como dice el Banco Mundial «El uso
de multimedia, computadoras e internet posibilita experiencias
de aprendizaje más activas e interactivas por
medio de experiencias de la vida real» (2003:45). Como
se pude ver en el texto la posibilidad depende de que la
vinculación a la realidad.

Lo global
La Sociedad del Conocimiento es global, no solo por la
comunicación inmediata por medio de la conexion a
la red, sino por la formación de una cultura global, las
exportaciones no son necesarias para tal efecto, las empresas
no exportan sino que se establecen dentro del los
países y con ello sus formas de organización, mismas que
son replicadas por otras organizaciones, ello trae consigo
un mercado laboral global que demanda el mismo perfil
de profesionista.
En la universidad de la sociedad de la información,
los programas, el maestro y el alumno juegan roles distintos,
el primero debe ser un administrador de la información
capaz de conocer donde se encuentra y facilitar
a los alumnos la adquisición de la misma, el alumno se
responsabiliza más de su aprendizaje y los programas
se centran en la resolución de problemas y aplicación de
conocimientos inicialmente a realidades actuales y gradualmente
a nuevas y distintas situaciones (Ginés 2003)
La rápida generación y trasmisión del conocimiento
fuera de la universidad en un contexto global y los efectos
que ello genera son algunas de las características de
la sociedad del conocimiento que afectan a la dinámica
de la Universidad.

Las humanidades, como contenidos propios de la formación
universitaria, se ven afectadas con estos cambios,
entre los cuales destaca crítica de la pertinencia de
conservar estos espacios dentro de la currícula por parte
de alumnos, profesores y demás miembros de la comunidad
quienes no ven una razón de ser y si un espacio que
puede ser ocupado por la formación técnica.
No obstante, además de la aportación cultural citada
al inicio del presente, las materias humanistas, pueden
ser una aportación significativa a la formación de los
profesionistas para la Sociedad del Conocimiento, en el
sentido que ellas generan el desarrollo del pensamiento
crítico, creativo y social (ético) y ante la rápida generación
y transmisión de la información, los profesionistas capaces
de transferir los conocimientos adquiridos a nuevas
realidades y con la actitud critica de búsqueda continua,
resultan altamente competentes (Ginés, 2004).
Para lograr este perfil en el profesionista promedio de
las humanidades es necesario modificar la metodología
de la clase, de manera que la información sea adquirida y
asimilada fuera de la clase y en las sesiones presénciales,
generar espacios de discusión análisis y deconstruccion,
en el sentido de re interpretación de la información.
Ese escenario se ve complicado considerando las circunstancias
actuales en las cuales muchas veces los
alumnos y en no pocas los mismos profesores, tienen un
rechazo a la actitud critica.

Conclusiones
A manera de conclusión, se puede apreciar que las peculiaridades
de la Sociedad del Conocimiento están vinculadas
con la rapidez que esta se produce, por ello la
pertinencia, o mejor dicho, necesidad por parte de la Universidad,
de implementar los cambios que influyan más
directamente en la formación de profesionistas competentes
en la dimensión critica y social, con una aptitud
para la preparación constante y continua.
Comparto la pregunta con la que el Banco Mundial
(2003. 149) casi al finalizar su documento, ¿cuál es la
combinación correcta de la enseñanza presencial y virtual?
Asumiendo que en las sesiones presenciales como
el mismo documento especifica, sean espacios de debate
y desarrollo de la criticidad y la información sea obtenida
y asimilada.

Por otro lado, el desarrollo social en la Sociedad del
Conocimiento se presenta como una aporía, donde la información
genera riqueza y la riqueza una condición sine
qua non, se tiene acceso a la información con las especificaciones
que la misma exige. A este respecto comparto
la postura de quienes afirman que es precisamente en la
educación donde se puede formar las personas en la justicia
social, lo cual incluye la solidaridad y subsidiariedad,
como dice E. Fromm, La formación de la conciencia ética
es más una exigencia de supervivencia social que un imperativo
mora.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Antiseri, Dario; Reale, Giovanni, Historia del pensamiento filosófico y científico Tomo II, Barcelona, España: Editorial Herder, 1999

Auping, Juan, El análisis económico de los derechos humanos, D. F., México: Editorial Plaza y Valdés Editores, 2004

Banco Mundial, Construir Sociedades de Conocimiento: Nuevos Desafíos para la Educación Terciaria, Washington, EE. UU. Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, 2003

Castells, Manuel. «La ciudad de la nueva economía» La factoría [Revista en linea], número 12, 2000, disponible en: http://www.lafactoriaweb.com/articulos/castells12.htm Página consultada el 22 de Octubre de 2005

Lam, Alcice, Los modelos societales de aprendizaje e innovación en la economía del conocimiento, 2005. disponible en: http://www.campus-oei.org/salactsi/lam.pdf. Página consultada el 24 de noviembre de 2005

Navarro Leal, Marco Aurelio, Posponer la vida. Educación superior y trabajo en Tamaulipas, Tamaulipas, México: Porrúa/ Universidad Autónoma de Tamaulipas 2000

Mora, José Ginés, «La necesidad del cambio educativo para la sociedad del conocimiento» Revista Interamericana de educación, número 35, 2004, disponible en: http://www.campus-oei.org/revista/rie35a01.pdf Página Consultada el 18 de Diciembre.

Ramphele, Mamphela, et al, La educación superior en los países en desarrollo. Peligros y promesas, María Angélica Monanrdes, traductora, Washington, EE. UU.: The International Bank for Reconstruction and Development. 2000











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