¿Y tú, quién te crees que eres?

POR FRANCISCO SOLÍS



Antes de pensar: ¡que flojera estarse preguntando esto¡ y pasar a otra cosa date un tiempo, pues aun cuando a primera vista esta pregunta es una manera de complicarse la vida, lo cierto es que la respuesta te revela “la manera en que vives la existencia”.

Veras, seas consciente o no de ello, día con día momento a momento dasrespuesta a esta interrogante, no a un nivel teórico, sino en la practica. Cada una de las decisiones que has tomado en lo que va del día, la manera en que te relacionas con tus amigos, la carrera que estudias o piensas estudiar, el tipo de programas de T.V que ves y hasta las revistas que lees, son acciones que están relacionadas con la idea que tienes de ti mismo. ¿Lo dudas? Verás, tú, al igual que todas las personas, vives la existencia con un auto concepto, esto es, con una idea de quién eres, de qué estas formado y cuál es la razón de ser de tu vida, en otras palabras el fin último de tu paso por este cosmos, y con base a esta respuesta formulas planes, estableces metas y decides el rumbo de tu vida. Solo los seres humanos planeamos, esto es, anticipamos lo que queremos ser y hacer y ponemos los medios para lograrlo, ello implica que puedes anticiparte a la realidad y hacer que las cosas sucedan y lo más importante, tus planes, metas y la posibilidad de que los logres o no ello depende de la idea que tienes de ti mismo.

No obstante ese concepto que tienes de ti mismo, como muchas de las ideas que tenemos en la mente, no siempre concuerda con la realidad. Supongo que más de una vez habrás experimentado ese rompimiento de paradigmas, esto es, cuando descubres con evidencias que lo que suponías que era de una manera no es así, como cuando finalmente aceptas que tu relación con ese chavo o chica, según sea el caso, no es el amor de tu vida, o peor aun, tú no lo eres para el o ella; o cuando de pequeño, confirmaste tu sospecha que los regalos de navidad los compran tus papás y no los dejaba bajo el árbol Santa Claus, quien dicho sea de paso, si existe, o por lo menos el original San Nicolás de Bari.

Por ello es muy importante saber quién eres y más importante aun saber si realmente eres como piensas que eres. Me parece las crisis son una excelente oportunidad que sirve como medio para descubrir quién eres, quizá sea porque lo desconcertante de un hecho exige una especial atención, o quizá simplemente porque repasamos mentalmente tanto el mismo acontecimiento que descubrimos detalles acerca de nuestra actitud hacia él, no se con certeza a qué se debe pero indudablemente que en situaciones difíciles nos replanteamos el concepto que tenemos de nosotros mismos.

Te comparto una anécdota que una joven alumna me compartió. A menudo platicaba de su novio, un chico universitario, que practicaba balompié y a quien ella llamaba de cariño el hornito, ciertamente esta es una peculiaridad de nuestra cultura, cambiar el nombre a la pareja, es algo así como un ritual de la relación, al parecer cuando le pones un sobre nombre a tu novia (o) pasan a la siguiente etapa de la relación, o algo así.

Quizás te preguntes porque el hornito , yo tampoco entendía así que le pregunté, y bueno la respuesta es bastante coherente con lo que viene después, le llamaba así por ser el diminutivo de horno, y es que ambos (el horno y el novio) generalmente están a cierta temperatura. El hecho es que su novio a menudo le pedía caricias que a ella le incomodaban, y al negarse él se molestaba.

Una mañana la note distraída durante la clase y al terminar me comentó que había discutido con su novio por la misma razón que otras ocasiones, durante la discusión el hornito le dijo - “lo que pasa es que eres una apretada y te crees mucho”
a lo cual ella contestó:

- Pues si, la verdad si, me creo mucho ¿Y?. Así que ya sabes a qué le tiras andando con migo y si no te gusta pues mejor terminamos.. Con esto último el Hornito estuvo de acuerdo. Mientras platicaba lo que había pasado varias lagrimas rodaron por su mejilla, sé que no era el mejor momento pero no pude menos que decirle que estaba muy orgulloso por su respuesta, recuerdo que comente: “que triste que él no lo valore pero que alegría que tú te creas mucho”.

Durante las siguientes semanas sus estados de animo fueron de altibajos, evidentemente lo extrañaba y añoraba la relación, pero nunca escuche que estuviese arrepentida de haber dicho lo que dijo. Y con la frescura que solo la juventud es capaz de encarnar, una mañana nos vimos en el pasillo de la escuela y me dijo: - Que cree, que mi ex ya no es mi ex, ayer me ofreció disculpas, me regaló una rosa y me pidió una oportunidad… y pues le dije que si. Recuerdo que a unos días después los vi tomados de la mano sentados en una banca afuera de la cafetería de la escuela, los salude y le pregunté al famoso hornito.

- ¿Y sigues pensando que se cree mucho? Se apenó un poco y abrazándola dijo: Me queda claro que ella tiene un auto concepto de si misma que todos deberíamos de tener de nosotros mismos
¿Y tu te quien crees que eres?

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